El hombre es la más elevada de las criaturas, la mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono, para la mujer un altar.
El trono exalta, el altar santifica.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón.
El cerebro fabrica luz, el corazón produce amor.
La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es más fuerte por la razón, la mujer es invensible por las lágrimas.
La razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos, la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece, el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía, la mujer la preferencia.
La supremacía significa fuerza, la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio, la mujer es un ángel.
El genio es inmesurable, el ángel es indefinible.
La inspiración del hombre es la suprema gloria, la aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande, la virtud hace todo divino.
El hombre es un código, la mujer el evangelio.
El código corrige, el evangelio perfecciona.
El hombre piensa, la mujer sueña.
Pensar es tener en el craneo una larva, soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un oceano, la mujer es un lago.El oceano tiene la perla que adorna, el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es un aguíla que vuela, la mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo, la mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos, ante el altar nos arrodillamos....
...En fin:
El hombre esta colocado donde termina la tierra...
...La mujer donde comienza el cielo...*"
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