"Estás ahí, tirado en el suelo. Rodeado por un inmenso charco rojo, te miras desde lejos queriendo ayudarte y no puedes. El charco es tu sangre, porque estás sangrando y no sabes por dónde y menos por qué..."
Esa fue mi última pesadilla, mi relación con el mundo onírico suele ser un tanto complejo sueño cosas maravillosas, pero también tengo muchas pesadillas. Según la interpretación de sueños esto no es del todo malo, pero realmente no sé qué pensar.
A veces sangramos sin saber por qué, otras sin darnos cuenta donde está la herida. A veces sangramos sin tan siquiera saber si sangramos.
Esta es mi publicación número 600. Sigo vivo. Sigo sangrando, sin tener heridas. Y sigo escribiendo para no sangrar.
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