A veces, muchas más veces de las que deberíamos, los seres humanos no sabemos cuando parar. Nos es difícil reconocer nuestros propios límites y eso nos empuja a seguir hasta resultar lastimados.
Freud decía que en el ser humano existe una pulsión de muerte, que empuja al ser humano a su propia destrucción. He visto como muchas personas no pueden parar, aún conociendo que el resultado de sus acciones será su propia ruina. He visto a muchas personas buscar aquello que les hace daño, o dañarse a sí mismas. Y por supuesto, yo también he sido una persona de éstas.
En los ultimos meses tuve que decidirme a no seguir con algunas situaciones que no estaban bien. Decidí parar por el bien de los demás, pero sobre todo por mi bien. Porque en la vida es bueno saber cuando seguir. Pero también, y sobre todo, cuando parar...
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